Una vez la compañía ve la competencia suficiente en el piloto (copiloto) para poder asumir la responsabilidad de comandante, así como la capacidad de gestionar todas las situaciones durante la operación y liderar durante la misma a todo el equipo (tripulación) -todo ello siempre determinado bajo un número de horas de vuelo cuya cuantía vendrá especificada en el manual de operaciones de la compañía-, además de la experiencia adquirida con el tiempo (como mínimo tras un año en el lado izquierdo del cockpit), ésta puede proponer al piloto la posibilidad de su ascenso a comandante.
El operador siempre valorará la adaptación del piloto a los procedimientos, así como su capacidad de respuesta ante las situaciones potencialmente más estresantes. La misión SAR offshore nocturna -o en condiciones de baja visibilidad- tiene algo bueno y es que no hay obstáculos, pero también algo malo: la ausencia de referencias visuales.
Una vez el piloto acepta ocupar el puesto de comandante pasará a realizar otro curso SAR (más específico para el tipo de misión frente al de copiloto Search And Rescue), en el cual su compañía lo mantendrá en observación durante un tiempo y siempre bajo la supervisión de otro comandante experimentado. Esta situación puede durar varios meses dependiendo, principalmente, de las horas que irá acumulando tanto durante ejercicios de entrenamiento (ejercicios SAR) como en misiones reales.
Cuando se observa que el piloto reúne todas las condiciones necesarias para ejercer esta responsabilidad, en las que se incluye (entre otras) la destreza y capacidad de reacción ante las situaciones más difíciles (estrés) durante las diferentes fases de la operación, su potencial de gestión durante la misión y el liderazgo de su tripulación, se le dará la suelta y a partir de aquí comenzará a volar con otros copilotos.
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