El domingo día 2 de septiembre se han cumplido 28 años desde la creación del servicio EMS perteneciente a la Comunidad Autónoma de Galicia.
Con dos bases fijas, operativas de orto a ocaso, en Santiago de Compostela (Conxo, Halcón III) y Ourense (Piñor, Halcón IV), las tripulaciones y el personal de mantenimiento de estos dos helicópteros han salvado tal cantidad de vidas a lo largo de su existencia que es prácticamente imposible poner una cifra aproximada, basta decir que el mismo domingo el Halcón III atendió tres emergencias, lo que es un número de salidas muy común en ambas bases.
La experiencia acumulada a través de tantos años ya no sólo por el personal médico (perteneciente al 061 Urxencias Sanitarias) sino de sus pilotos, todos ellos multi-crew con todos los cursos y habilitaciones pertinentes para una operación dual-pilot real sobre un entorno difícil -con meteorología muy cambiante- y que tiene un plus mayor de complicación en la operación, puesto que Galicia cuenta con 3.772 parroquias en el rural y pequeños núcleos de población que comparten el mismo nombre.
Para poder atender las emergencias con la máxima eficacia es necesario ya no sólo una formación constante y experiencia adquirida en horas de vuelo y en el tipo de misión, que en la actualidad se sitúa entre las 1.500 (las mínimas de las que dispone uno de sus copilotos) y las 10.000 aproximadas de uno de sus comandantes, sino del magnífico conocimiento del terreno, que aunque sí es cierto que podemos introducir unas coordenadas en el GPS que nos indicará el punto exacto, las condiciones abruptas del terreno (con muchos valles) inciden directamente en la posibilidad de encontrarse con la enorme diferencia de realizar la navegación bajo condiciones VMC o IMC, estas últimas pueden ser evitadas solamente a través del perfecto conocimiento de la zona sobre la que se trabaja, lo que se traduce en máxima seguridad y eficacia puesto que además de una rápida respuesta previa al despegue el ferry en emergencia médica es determinante para poder llegar a tiempo, estabilizar al paciente y realizar un traslado que puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
El personal de mantenimiento, alguno de ellos con más de 25 años trabajando en el servicio medicalizado, realiza inspecciones postvuelo completas después de cada aterrizaje comprobando en ellas el estado de la máquina al milímetro, ya no sólo por la seguridad de sus compañeros sino para tener así la posibilidad de localizar hasta la mínima fuga que se pueda producir, lo que puede marcar la diferencia entre subsanarla en el momento y que el helicóptero continúe estando en servicio o bien tenga que quedar parado en tierra hasta la recepción e instalación del repuesto pertinente.
El servicio comenzó en 1990 dependiendo de Protección Civil (112), para después pasar al 061.
En él han prestado servicio diferentes helicópteros desde sus inicios: SA316 Alouette III, AS365 N Dauphin 2, MBB BK117, AS365 N1 Dauphin 2, AS365 C2 Dauphin 2 (patines) y desde hace quince años H135 (EC135 T2), lo que ya significó una enorme mejora de cara a la seguridad al contar con la instrumentación digital CPDS (VEMD y CAD) que, explicado de forma muy sencilla, proporciona toda la información relativa a los parámetros de motores así como del estado del helicóptero, capaz de mostrar más de 130 avisos de averías y/o fallos en el Caution Advisory Display (CAD). Y sistema MEGHAS, el cual está dividido en dos pantallas para cada piloto lo que permite una mayor facilidad de lectura al tener frente a la vista todos los parámetros de navegación, bastante menos engorroso que tener que realizar el arco visual de los instrumentos analógicos, descargando de trabajo y estrés a sus pilotos para que asi puedan disponer de una concentración mayor en un entorno laboral onshore que no permite ni el mínimo margen de error.